Veamos desde el principio. ¿Qué le pasa a cualquier aspirante a guionista que quiera hacerse un hueco en la industria? Que necesita escribir algo bueno, y necesita a alguien que lo lea: contactos. En una ciudad como Los Ángeles, en donde hay más fanfarrón por metro cuadrado que coche, y en la cual a la gente le encanta mencionar cuántos famosos son sus amigos, encontrar un contacto adecuado es una tarea ardua. Sobre todo porque precisamente esos, los adecuados, son los menos accesibles.
Por ello, el primer objetivo del guionista principiante ha de ser hacer prácticas. Cualquier persona que haya venido a este país a estudiar (y que, dependiendo de la escuela, probablemente no tiene opción a trabajar si no es en campus, gracias al visado) ha de coger experiencia en “la industria” lo antes posible. ¿Y cómo se hace eso? Con las prácticas.
Las hay para dar y tomar. Entertainment Careers es sólo una de las múltiples fuentes que se pueden consultar para buscar puestos de becario. Cualquier estudio que se precie (NBC/Universal, ABC/Disney, CBS, Warner… ) tiene una página en la que lista todas sus ofertas de empleo y también las de prácticas (por cierto, las de la Disney son pagadas, que es una excepción en la ciudad).
En el caso de los guionistas lo mejor es hacerlas en agencias o productoras en las que tengas acceso a “coverage”. Cuantos más guiones te leas, más enterado estarás, más tendrás que pensar y analizar por qué unos fallan y otros no, y más se va a enriquecer tu escritura personal. Personalmente, el coverage me gusta muchísimo. Ahora bien, cuando toca leer truño tras truño, el amor por el arte se esfuma y uno se pregunta por qué hay gente, no sólo que envía esos guiones, sino que tiene representante, y una servidora, que escribe mejor, no.
¿En qué consiste exactamente el coverage? Es un informe, encabezado por una tabla de puntuación (por si el pez gordo ya no quiere ni leerse el documento entero), en el que se resume el guión y, tras ello, se analiza críticamente: ¿Tiene sentido? ¿Es el argumento sólido? ¿Son los personajes ricos? ¿Está bien escrito? ¿Es diferente? ¿Qué le hace especial? A veces las respuestas son no, no, no, no, no y nada. Y otras veces, y esas son las que más se disfrutan, no todo está perfecto, pero casi, y con mucho potencial (si no eres Aaron Sorkin, alguien va a meterle mano a tu guión y darte notitas sobre él, te guste o no). Cada maestrillo tiene su librillo, o coverage básico que pretenden que rellenes. Pero básicamente es lo mismo.
Dependiendo de las empresas, puedes dar más o menos caña. Yo he hecho coverages en los que básicamente se podía leer entre líneas que el guión era para tirarlo por el váter, y otros amigos míos han recibido críticas acusándoles de ser abusones en su rechazo a los guiones. Sin embargo, no sólo la capacidad crítica, sino también la analítica, se te agudizan hasta extremos insospechados. Yo, que a veces escribo en compañía, he descubierto que soy capaz de desatascar las historias de mis amigos como si les hiciese el informe a ellos también.
Un día maravilloso te das cuenta de que, aunque más complicado, también eres capaz de hacerlo con tu propio guión. Y ese día es grande.
En resumen, el coverage es al becario guionista como las fotocopias al resto de los becarios del mundo. Y, a no ser que seas un Dios, nadie va a pagarte por hacerlo. ¿Conclusión? Si os mudáis a Estados Unidos a perseguir esta carrera, BUSCAD PRÁCTICAS.
Ya estáis tardando.